El contexto pedagógico en el cual nos encontramos inmersos en la actualidad requiere del desarrollo de proyectos educativos institucionales que refuercen el componente pedagógico, más concretamente el trabajo curricular, como soporte para el PEI.
De igual manera dentro de nuestro contexto educativo existen espacios simbólicos y comunicativos en los que ocurren acciones intencionadas pedagógicamente, pero donde a la vez ocurre una serie de acciones independientemente determinadas por fuera de la experiencia. Por ello se hace necesario trabajar estrategias de mejoramiento relacionadas con las acepciones del lenguaje, alusivas al lenguaje propiamente dicho, la significación y la comunicación. El proyecto en sí busca ir un poco mas allá de las líneas básicas del enfoque semántico – comunicativo que soporta la propuesta de renovación curricular planeada por el MEN.
También consideramos pertinente hablar de significación como una orientación relevante y como una ampliación del enfoque semántico comunicativo pues es a través del lenguaje que se configura el universo simbólico y cultural de cada persona.
De igual forma se aceptamos convertir el desarrollo de las competencias en el propósito de la educación, es necesario reflexionar y orientar muchas de las prácticas de enseñanza y revisar cuidadosamente la selección y organización de contenidos y actividades curriculares. Es apenas obvio que una educación interesada en formar personas competentes, en el sentido que hemos analizado, no puede hacerlo desde la imposición y la transmisión unilateral del conocimiento. Es necesario construir en el aula un ambiente que fomente la reflexión y la elaboración participativa de los conocimientos superando la clásica exposición magistral. Se requiere abrir espacios de lectura, interpretación, experimentación y debate donde se profundice en los temas para que sean significativos no solo a nivel individual sino grupal.
